esquizofrenia

Mi nombre… ¿Para qué quieren saber mi nombre? Eso es una maldita alienación a la subjetividad misma del ser humano... Representarse en una palabra… ¿Con qué objetivo? Ese sustantivo propio deja de ser propio cuando alguien se llama igual que tú… ¡Porqué no podemos ser simplemente un “yo único” y listo!

Pero está bien… Quieren saber ese supuesto sustantivo propio que no es sólo mío sino de algunos… Me llaman (porque yo no puedo ni quiero llamarme) Ana… ¿O Cristina? O talvez ¿Soledad?... ¡No! Creo que me llamo Esperanza… Aunque he escuchado que me dicen Rosario… Pero también me han dicho Penélope… Ustedes… ¿Cómo quieren llamarme?

No se exactamente de dónde vengo… ¡Jà! Es simple… Vengo de todas partes y voy a dónde el viento lleva a las hojas… El mundo loco piensa que yo soy la loca… ¡Ilusos!... Locos son ellos porque no creen en mi realidad y prefieren vivir como un solo rebaño rutinario…

Pero ¿saben algo? No estoy sola dentro de mi realidad… Tengo mis amigas… ¡Las voces! Que son benditas entre todas… Me alientan a vivir, conversamos, jamás me dejan sola o me obligan a hacer cosas dolorosas… No son como las personas… A ellas sí que les tengo miedo, un miedo tan grande y profundo porque no me entienden, porque me miran con temor, porque me llevan donde un doctor que quiere sacarme de mi mundo con gotas que me tienen dormida todo el tiempo… Porque me encerraron entre cuatro paredes durante seis meses, sometiéndome al claustro inútil que creían iba a ayudar a transformarme en un borrego más del rebaño…

Seis meses… ¡No sé como diablos logré sobrevivir! Ese crédito se lo llevan mis amigas Voces, sin ellas no sé que habría sido de mi vida, me habría vuelto loca de verdad, aunque vale la pena recalcar que gracias a mis grandes dotes de actriz pude salir de ese agónico encierro…

Las Voces y yo planeamos un acto demencial… Inventamos con gran éxito una recuperación milagrosa y comenzamos a actuar como borregos… Convencimos a los psiquiatras que, puedo asegurar, están en mi mismo mundo solo que quieren liderarlo y por eso me quieren tener dormida… Pero yo no permito eso, ellos no saben que apenas puedo vomito esas cosas amargas y en mis supuestos sueños sigo planeando mi magistral actuación.

Ahora estoy en este supuesto mundo, en mi supuesta casa, con las supuestas personas que dicen quererme y preocuparse por mí… Mi actuación seguirá, no sé cuando baje el telón, pero mientras tanto me voy a seguir divirtiendo, como el titiritero manejaré cada una de las mentes rutinarias y superfluas que están a mí alrededor… ¡Cómo disfruto haciendo eso!

En su asqueroso mundo yo los domino, no se dan cuenta cómo ni cuando pero piensan, dicen y hacen justamente lo que las Voces y yo queremos. Si esto es locura, me encanta… Nadie me puede controlar porque yo controlo a todos.