jueves, 5 de enero de 2012

Ojos

Su mirada era muerta, sin luz, no penetraba en mi alma, no podía ver mi aura.
Mi mirada tiene luz, destellos de vida, como el sol explotando en su centro.

Nunca escuché sus pasos, caminaba como un muerto por Quito.
Y yo dichosa saltaba como si fuera la última vez que caminaría.

punto aparte.

Esa mirada cobró vida en otro rostro, en otra alma en otro cuerpo, en otros ojos.
yo opté por seguir el camino de la luz profunda a la esencia.

Su caminado tenía un pequeño salto, como si se elevara del suelo y de pronto dejara de volar.
yo no tenía peso, flotaba incansable con la brisa que hacía ese pequeño salto.

encontré un día entre ojos y cejas, entre barbas y bigotes una mirada rara. como de poeta, como un antiguo espíritu de intensa llama de sensualidad, con cejas gruesas, gruesísimas y las pestañas rizadas, alargando el arcoiris de sus parpadeos.
no supe que pasaba con mis ojos, olvidé lo que pasó conmigo, lo veía a él, le veía a los ojos, sin cansancio y en un beso me secó la lágrima de sangre que se extendía hasta la punta de la nariz para caer en la mitad de mis pies.
él caminaba como todo un circo, con la velocidad de la comparsa, con la sazón de alguien que tiene la felicidad a su lado.
yo bailaba en sus manos, como un trompo al que no se le termina la cuerda, como drogada en el olor a misterio.

vi ojos de hadas, de duendes, de hobbits, de orcos. miradas de asesinos, de santos.

ahora sé que la mirada perfecta es la que complementa a la mirada, el caminar que sigue el paso, el poder tomar de la mano y mirar a la vez para acabar en un beso fuerte.

ahora lo miro y pienso, pienso y siento, se siente fuerte, se escucha alto lo que dicen sus ojos, ese verde aceituna con un hilo dorado, esa paz y sabiduría que se extingue en el beso, se recorre el cuerpo, como si un tornado agitara a mi dulce brisa. así te miro, te miro y te siento, te tomo de la mano y nuestro paso es violento, acabándonos el mundo y las cuadras en un montón de segundos que siembran flores en cada pisada atrás.

nada ni nadie se compara a una mirada en especial, cuando la miro me da nostalgia, lloraría toda una vida para alcanzar ese gris que recubría sus ojos pequeñitos, con pestañas diminutas y cejas anchas, la nariz como una pincelada de perfecta estructura, la boca con una sonrisa inquietante, como de un pícaro. escucharlo era como saber que el fénix renacería de entre sus cenizas.
su paso cansado, lento, elegante. son los años que no dejan de pasar en vano, cuando caminaba a su lado sentía que era libre, nunca me tomaba de la mano al caminar, yo apresuraba el paso para que el tiempo pase lento, y el detenía su andar para recordar que los años son exactos y su ritmo va despacio para aguantar el peso de los propios recuerdos.

a él lo miro en el alma, lo miro en los sesos, se me impregno en los huesos, me mató y me resucitó en un sueño, en lo violento de un parpadeo, en lo necesario de la respiración, me elevó al nivel del caos, vida y muerte de todo, magia y humanidad.

encontré en el bosque la mirada de la ninfa, era tan bella que cuando dejé de verla lloré incansable y cuando volví a verla lloré más por el miedo de perderla.
un paso rápido y ajustado, una estructura delgadísima con tanto aire dentro que corría para alcanzarlo sin recordar que era la ninfa del aire.
no caminamos nunca juntas, muchas veces la dormí, la bañé, la besé y siempre la amarqué para que no se fuera de mi.

la mirada de la furia fue tenaz, roja, con llanto, con ira y con amor, la dicotomía perfecta de la mujer, la inconsistencia del género, la chispa que logra la ebullición, la vida.

tantas miradas, miles de ojos, dos por cada rostro y ninguno igual.

lunes, 2 de enero de 2012

JAJAJAJAJA QUE LOSER FUI!

he sido tantas cosas en todas mis vidas, que ya no se si solo fui... por que lo que si se es que dejé de ser.

dejé de ser el marinero de luces, que abandona.
dejé de ser la aprendiz.
la niña dulce que besó a su amor de juventud.
dejé de ser la que lloraba en vistas de su inconformidad.

me siento llena, no tanto para vomitar, no para explotar, tampoco para buscar a alguien más.
soy feliz.

tengo la dicha de los besos, los abrazos, el amor, el sexo, la esperanza y pronto despertar al lado del cielo.

se la felicidad de no sentir que traigo basura encima, ni que estoy con el hombre equivocado, sé que estoy en lo correcto ya dos años!!!

cuando se acabe el mundo voy a estar en tu beso, en tu pecho, en tus brazos.