martes, 18 de septiembre de 2012

things about me

alguna vez alguien me dijo que escribo al mundo desde mis ojos, prefiero llamarlas lunas. nunca ha sido mi estilo caminar con tacones y ropa incómoda, soy práctica desde el nacimiento, mamarracha o descachalandrada pero es lo que va conmigo. mis jeans rotos son la inspiración de la noche, llegar a un sitio y escuchar un craaaagck y sentir el viento en la nalga derecha, buscar arreglos soluciones y alguna forma de que la tanga cubra la piel. las cosas te marcan facetas de la vida, historias incontables, cada prenda deja de ser parte del mundo de lo adquisitivo para ser parte del mundo de lo sentimental. mis zapatos, todos los converse rotos, de mil colores, mil sabores, mil olores que ya no están, y miro fotos y los recuerdo, los recuerdo a los recuerdos, la pose coqueta de un andar calmado del brazo de alguien, de la cuesta en bicicleta, de los tabacos pisados, de los cariños pastuzos, de los aguaceros y el romance. mis camisetas negras, hay algunas que no puedo solo botar, despegarme de la calidez de las vivencias, se me hace insoportable no contar en mi cajón con la camiseta de bobsponja, o mis calzones de hello kitty o mis medias de colores, rotas, pero de colores. mis pantalones anchos, que ahora se resbalan hasta llegar a las iliacas por que ya no hay carne que los sostengan, son cómodos, tienen el olor a otro detergente, a otra vida, a otros sitios, a otros amigos. cuando se pierde un arete no puedo botar su par, en lo profundo espero que algún día se encuentren y seguir juntos por el camino, recordé el inicio de los malos presagios y los anillos rotos en mi mano que no boto por miedo a que algo bello se esfume. los tarros de perfume, de talcos, de desodorantes, cada aroma se apropia de mis recuerdos diciéndome que no estoy sola, que alguien debe recordar mis aromas, seguramente todos mezclados a cigarro, cerveza y el particular de toda mujer. cada canción me ubica en un punto particular del tiempo, me pierdo, me desvisto, no lo entiendo, y solo sigo... como el viento, como un ventarrón con aroma a algún almuerzo, solo paso para irme.