Judas!

Empezó a caminar lenta, muy lentamente por todo aquel lugar lleno de malos presagios, lleno de malos entendidos, confusiones, ojos apagados, sueños quebrados, imaginaciones con rasgos psicóticos, caminaba despacito, cada paso era mayor confusión.
Obvio, se topo con la más guapa y la menos buena (yo) en realidad caminábamos al mismo paso, de hecho todos caminábamos, lo que nadie advirtió es que entre todos nosotros, había un o una Judas, supuse que era yo, el evangelio según salomenoide. me siento una yegua, esplendida, radiante, fornida, negando siempre lo que escondo, negando siempre mi dedo manchado del eterno mal que se llama pecado, que se llama mirar a los lados, que se llama "no tener el corazón tan ruin para amar solo a uno" , salomeandria!.
con el paso largo de unos, y el mío corto por distraída y pequeña claro, mis pies se van cansando, mi espalda cayendo, mis ojos cerrándose, embriagándome en la ausencia de uno, de la media hora de adelanto, y con el cielo azul clarito del otro, la Judas solo se va enredando de a poco en las ventanas, en las aceras, en las calles del azufroso Quito, los prados hermosos, se tornan menos hermosos, se me pasan ratas por las piernas, se suben a mi cara, y me destrozan la nariz, y yo pienso calma y quita, que son muchos besos.
Já! malditos bastardos, lectores de pacotilla, ilusos e ilusas que piensan que lo que escribo está bien, gente inicua que aun cree en mi a pesar de las patadas de la cotidianidad, denme un trago, un tabaco y un pipazo, y seguro, seguro los amaré, denme un abrazo que me regocije en sueños y tienen la mitad de mi alma... pero, que alma?? De la de una mala aprendiz de Dríade? el alma de alguien que se ama tanto que no cree en la incapacidad del alma, por que se y siento lo que es el amor... propio, siempre propio, rara vez compartido.
siguieron las ratas comiendo de mi cuerpo, empecé a despertar, y ya NO ERA LO MISMO QUE ANTES, pensé en llorar, yo, pensé en llorar, pero preferí confundir, las amazonas guerreras lloran solo sobre el cadáver de otra amazona, solo podría llorar encima de mí misma, quizá mis lagrimas son vidrios filosos que se comen los poseídos!
Terminó de tocar la suave balada, me e incorporado más, tengo un sabor amargo y un líquido amarillo en mi boca, supongo que es el pseudoamor que tengo dentro mío, o todo el alcohol que necesito desechar, confundida la bella Judas, se despidió de todos con un beso.
Adiós.