miércoles, 23 de septiembre de 2009

EL PRINCIPIO DE MI EXISTENCIA

Era de noche, pretendía dormir pronto para poder levantarme a estudiar, pero me levanté demasiado temprano, para ser exacto, fue a las 3:00 am. Un profundo sueño me esperaba, pero, como lo preví ya tenía para esa hora a mi lado un Red Bull que para ese instante ya estaba al ambiente, pues lo había comprado helado.
Tal vez esa noche estaba predestinada, el energizante 100% efectivo, no había dado resultado, y caí en uno de los sueños más paradójicos que había tenido.
Estaba bajo un árbol, con un libro del mismo autor de “Caballo de Troya”: J.J. Benítez, en la página 83, leyendo sobre las “Esferas del Cielo”, uno de los enigmas más grandes del mundo, no me había dado cuenta, a mi lado, también bajo un árbol se encontraba Isaac Newton, que por su mirada sabía lo interesado que estaba con su texto.
Decidí no entablar una conversación con él, pues como la mayoría de personas, yo también odio la física.
Me levanté de ese lugar y mientras caminaba por una senda larga y pedregosa, acompañado de un intenso olor a azufre, pude sentir que algo me acompañaba, pero cada vez que volteaba parecía desaparecer instantáneamente.
Me ingenié por seguir caminando sin prestar atención a lo que me seguía, y en un momento de descuido volteé y alcancé a ver unas alas con un diseño cuadriculado de un color rojizo o tal vez un rojo carmesí.
El olor a subterráneos infernales era cada vez más condensado.
Opté por correr y esconderme detrás de una especie de carroza en la que pude divisar un objeto parecido a una esfera de un color rojo que representaba sangre, un poco de verde que excretaba justicia y en su interior un color como oro que resplandecía enseñando que en su interior contenía fuerza, seguridad y valor.
Mientras me perdía en ese fulgor, noté que estaba rodeado por una gigantesca sombra, cuando levanté la mirada, observé unos ojos llenos de fuego, una nube por encima de ella, formada por el humo negro que exhalaba, largas y ásperas uñas, tan afiladas como las espadas de Paris en Troya.
No podía correr, pues esa gigantesca bestia me alcanzaría en un segundo.
Con todo ese derroche de adrenalina, quise mostrar mi lado oscuro y saqué mi furia, pero antes de que tome alguna medida extrema, el dragón me habló, y me dijo:
- Tranquilo estoy aquí para advertirte sobre ese objeto, dijo.
- ¿Aquel?, dije señalando hacia el cuerpo rojizo
- Si, yo solo cuido para que nadie lo libere
- ¿Pero, A quién?
- Al gran ser que buscará justicia, luchando y destruyendo cada imperio en la tierra
- ¿Y crees que eso esta mal?
- No, pero con él, se habrán destruido seres mitológicos, de fantasía y antología como las Sirenas de México, El Unicornio Azul que se le perdió a José Luis Rodríguez, el hombre lobo que vive en California, Alf el extraterrestre, el Fénix de Battle City y en especial, Yo, el Gran Dragón que cuida China.
- ¿Pero que hay del mundo que ésta pasando hambre, sueño, sed…?
- No es culpa nuestra sino del mismo ser que no queremos dejar salir
- ¿Cómo no te entiendo?
- Ese ser duerme desde sus inicios, y no hace nada mas que soñar
- ¿Pero quien es, porque dices que destruirá el mundo si el man está dormido, como sabes que hará eso?
- No preguntes más, vete antes de que aparezcan grandes bestias que seguramente no se detendrán a platicar como lo hago yo.
No podía creer lo que pasaba, estaba totalmente confundido, ¿Quién era ese ser?, ¿Por qué no lo liberan?, ¿Qué pasaba conmigo?
Seguía caminando…
Pasaba por un río, cuando el cielo se tornó oscuro, podía escuchar un ruido explosivo, y cada vez lo escuchaba más cerca. Las bestias huían de mí, pero no sabían que yo mismo les esperaba en ese lugar.
Pude ver la confusión en cada rostro, cada animal estaba atónito, el único que se atrevió a hablar fue el Gran Dragón de China.
Me preguntó:
- ¿Cómo llegaste antes que nosotros?
- Tu mismo me mandaste de tus tierras
- Pero, lo hice hace rato
- ¿Entonces?
- Acabas de salir del objeto rojizo
Permanecí abrumado hasta que entendí todo.
Corrí hacia el lugar en donde se encontraba la esfera, entre tanto desastre, pude observar mi silueta corriendo despavorido de mí mismo.
No era yo el temido ser de la esfera, era mi gemelo que no quería nacer para llegar a este mundo y ser como yo, él buscaba paz, todo tenía sentido ahora.
El energizante no funcionó para que pudiera conocer mi origen, para saber que no nací solo.
Las esferas de J.J. Benítez me mostraban en donde se escondía mi hermano.
La manzana que le cayó a Isaac Newton escondía en su interior la esfera. Todo era un plan, si Isaac se hubiera comido la manzana, no se hubiera dado todo esto.
El olor a azufre nunca fue el Dragón, siempre fui yo, que irradiaba peligro.
Los seres mitológicos que me hablaban, todo el tiempo me decían que esto era sueño.
Ahora solo me queda buscar por el mundo, al hermano perdido, que por años me hizo sentir que yo nada más era la mitad de lo que soy, por eso en cualquier situación me siento un poco vacío y por lo que soy poco ortodoxo, pues siempre siento que falta algo.

3 comentarios:

Salomé Andrade dijo...

jajaja me he gozado con lo del alf el extraterrestre, mi gordo, vos siempre hablas huevadas, esta vez estilizada y con carga emotiva, pero me divierten al fin, a de serffff otra chuma maldita por tu cumple
jajajja que verguenza!!!

KAOS dijo...

Voy a tomar red bull antes de dormir... o mejor mientras duermo...jeje
Bien el inicio de un algo ke esta erranta komo la mayoria buskando kaminos de espinas para matar el tiempo....

Unknown dijo...

Buen Texto..