martes, 24 de noviembre de 2009

Brisa.


Suave, aletargada, fluyendo por el tiempo y el espacio;
Silenciosa, pero dejando risas por doquier; incolora y bella, con aromas deliciosos de las flores que guardaba para sí.
Inquieta, baldomera, relajada, corazón coraza a final de cuentas, paseaba desnuda con el sol en su regazo, modelaba su cuerpo mientras creaba: Brisa.
Brisa, así la llamaban sus hermanos mayores, Septentrión y Coro, Bóreas, Céfiro, Noto y Vulturno, Subsolano y Abrego, solo temían su abandono.
Brisa era inquieta, no se cansaba porque no arremetía como sus hermanos, enamoraba, se metía dentro de los cabellos de los seres humanos y los mamíferos, entre las alas multicolores de las aves, levantaba el vuelo ligera, besaba la tierra con sus pies, y proseguía el revoloteo, juguetona, pálida, jugaba con las hojas de los árboles, haciendo que canten para ella, nadie tenía igual alado de Brisa.
Y yo, en mi forma humanoide charle con ella ayer, en realidad me cansó mucho, porque seguía rauda por los jardines, y yo debía seguirle, me bañé en rocío dorado, pero mi aura azul oscura resplandecía sobre mi campo energético. Tarde llegó Eolo a llevarse a Brisa de mi vista, es incansable, con la madrugada su olor era más penetrante, y yo cada vez más acida, dejó en mi pecho un regalo de sí misma; es lo único que le agradezco en realidad. Brisa me dejó su nombre, su aliento, y una hermosa sonrisa que puso en mí algún Viento Druida, Brisa me regaló al viento.
Brisa me regaló besos de dulces sabores, una larga cabellera lacia, y palidez en mi cuerpo, Brisa me entregó cálido y fugaz abrigo, y dentro de mí acepto que quería ser ella; sin embargo la dama incolora es única, sutil y bella, yo me conformo con los regalos de su corazón.
Devolví pronto el favor que tan gentil y desnuda dama me había hecho con un regalo grande un pomposo, que ella escogió.
No lo pensé dos veces, solo era una cosa, un único objeto material impreciso, precario, inservible, sin embargo Brisa lo quería y pues se lo di.
Solo quería que me deje caer en aquel gran cañón, seguro ella estará abajo esperándome, y si no es mi tan preciada Brisa, seguro algún fuerte viento mágico, brisa quiso mi cuerpo, y pues, solo es un cuerpo.

3 comentarios:

Simón Domínguez dijo...

Viento raudo y ligero, solo un suspiro eterno, caricia colgada del paroxismo....sueño del letargo de Hastur...
brisa, brisa, brisa....recuerod susurrado eterno sueño de los sueños....
uno nunca entiende porque el viento, o la brisa, o la tierra,o el fuego, huracanes y mareas.. aveces se encaprichan y quieren meterse en un cuerpo humano...
uno se olvida porque se toman esas decisiones...

sigue soplando el viento, entre riscos y envergaduras de nubes inmensas, entre los brazos de las montañas, entre la tormenta y el otoños...

mayiya!!! dijo...

brisa, quiere algo que no sirve, que solo sostiene, guarda y protege lo importante dentro, y cada uno reconoce. Como es la vida, queremos lo que otros desechan, mientras que ellos darian todo por tener lo que despreciamos. ¡q viva BRISA, para poder conversar y preguntarle mi secreto de niña!

Anónimo dijo...

brisa un eterno baul de secretos, trasporte de ideas, de voces, de besos... de un suspiro ke hace eco en la nada y solo se te regresa y se te rie en la cara... los 5 elementos existen como ekilibrio en un hermoso pentagrama