lunes, 23 de febrero de 2009

Sueños I

Tenía a las tijeras del lado derecho de mi cama, junto con los lentes y la lámpara de lectura, al izquierdo una fosforera, y gasolina por si me da sed en la mañana, al frente de mi cama la caja boba, desconectada como debe de ser, el control en el piso, mil almohadas que fingen ser mi amor, mi compañía nocturna con un suave aroma a hombre, de la última vez que estuvo conmigo. La pijama de lino negro, y en el cabezal una pintura enorme de un hada llorando en el lomo de un unicornio. El baño cerrado, un tic tac permanente, su cabeza en blanco un libro antiguo, tanto que tenía ese olor a sabiduría y un poco de humedad. Apagué a decir verdad todo vestigio de luz, pero la luna no se apaga, tenía su brillo en un ojo, y eso no me dejaba descansar, inconformidad, mucha niebla, abrí la gran ventana-puerta, y salí al balcón con sueños de muerte y condena. a lo lejos una iglesia, la luna luminosa, su nombre retumbando en mi cabeza, volvía a llamarme la naturaleza, hablaba en latín, entendí perfectamente, traduciré entonces al cristiano lo que me dijo: "no puedes huir de mi, eres una de las trece tribus, eres tú la eterna, la de bata de lino, el viento que no me deja respirar, mi vástago, mi bastarda, vuelve, vuelve, vuelve hija mía, tu naturaleza grita en esta luna llena." me dolía la cabeza mucho, prendí el televisor entonces, maldecí su nombre, mi padre, el fuego subía por mi naturaleza, encendí un cigarrillo, e intenté dormir, tomé un trago de gasolina y todo se calmó un poco. Respiré y bendecí al rama yana, no sabía realmente donde estaba él, mi padre, y las otras doce tribus, es complejo poder decir con exactitud de donde me llamaban, años pasé intentando calmar mi cuerpo, ver películas de vampiros sin necesidad de beber sangre, además había reencarnado en un cuerpo fastidiosamente humano, en donde la sangre envejece, y mata.

Sonó el timbre, era el, me jaló del brazo y casi me lo arranca, daba pasos largos y fuertes, quería pegarme pero no le di motivos para hacerlo, al verle sólo le dije –me limé los dientes, ya no muerdo déjame Caín- respondió un -NO- tan rotundo que temblé… los cuentos el drama la ficción, el odio la rabia, la soledad, el conocimiento que me vuelve loca en realidad, que quiere!!! Pensaba tanto a mil por hora… que quiere, me dejó aquí hace tanto tiempo que me volví humana, ahora para qué vuelve….

3 comentarios:

Anónimo dijo...

waaaaaaaaaa salomeeeeeee simplemente genial, desendemos de las mismas raices y el mismo pasado nos persigue por eso nos tubimos q encontrar en esta vida...!!!!!

Salomé Andrade dijo...

mi Daryyyyyyyyyl, mi Astaroth, mi maestro de magia y amigo!!! me haces falta!!! vivimos en quito, en la ciuadad bonita... y no nos vemos... supongo que necesitamos ir al bosque a cazar, o a beber sangre de alguna criatura que se ofrezca. los vampiros necesitamos unos de los otros... donde esta la ciudad perfecta??? hmm te extraño!!! un abrazo con un beso venenoso...

KAOS dijo...

El kodigo kolor rojo.... la lectura de la noche, la necesidad de volver a las raices y ser uno y no varios, despertar para volver.
Mejor soñemonos sin despertar para entrar en la rueda de lo inmortal.