jueves, 14 de enero de 2010

Un cuento que para que cuento


Un cuento no feliz

De una princesa que murió

Un mundo lleno de miedo

No importa en donde se quedo

El tiempo se burlo

Las manecillas del reloj

Jugaron en contra de ella

Cuando vieron que no era de verdad

No fue un palacio, sino un castillo putrefacto

No fue un corsel, fue un centauro

No había whisky, había zhumir

Y en su bolsillo apenas 10 centavos

No había luna llena, hubo un enorme eclipse

No hubo banquete sino sobras de los lobos

Ni fiesta ni baile, todo era un culto

Y al igual que el príncipe, nada fue de lujo

El reloj marcó las doce

Y empezaron a desaparecer

Los invitados, los colados

Pues todos estaban encantados

Su zapatilla no olvido

En la alcantarilla se quedó

Su vestido en llamas terminó

Porque el dragón es su delirio exclamó:

“Hey princesa aterrizaste mal

Que mala suerte, no debiste intentar

Probar con LSD para despertar

Sin tus problemas, sin tu vida

Ahora debes morir

Y en tu fracaso ser feliz

No pruebes viajes estando sola

Pues sabes lo que te espera aquí.”

1 comentario:

Simón Domínguez dijo...

que buen texto, deconstruccionismo al maximo, estepa de recuerdos, vidas que se camuflan en realidades alternas....