martes, 14 de enero de 2014

La vida en 2.0 Soñar no cuesta nada. Inspirarse, vivir, disfrutar las pequeñas cosas, siguen sin costar nada. Las interrogantes me asaltan durante todo el día. Vivo en un enero en donde los amigos se reúnen a hablar por su celular y mostrarte fotos en Facebook de desconocidos. Cada gran destello de luz se publica en el twitter con un numeral para que la gente pueda buscarte fácilmente. Los hombres y mujeres que te interesan viven en el mundo whatsapp que es un espacio secreto con un sonido molesto que te recuerda que alguien piensa en ti. Extraño la vida de los desconocidos que mágicamente se encuentran en la calle, tropezar con un maravilloso ser humano para bien o desgracia. Fui una mujer de vida extraña, lo sigo siento, digo fui porque no me pertenezco, me tapé el alma hace años para que deje de fluir una energía amarga bastante extraña, lo que no pude retener fue el extraño veneno que me mantiene viva, me retienen los tejidos pegados al cuerpo. Cambiando de rumbo pero no de tema… La concepción de alma difiere mucho en varias culturas, todas las conjeturas al respecto son terriblemente interesantes; la idea del ser, de la locura, de la dicotomía todo/nada y del compromiso creado en el siglo XV llamado amor me parecieron terriblemente apasionantes, pero sobre todo, la idea (celta) del caos son mis enganches para seguir escribiendo. Lo molesto de las cosas que me causan pasión en esta vida digitalizada es que no puedo describir términos tan grandes en 140 caracteres para twitter, o en Facebook poner una foto del “caos” para que la gente mire, o #yop #mirando #de #cerca #el #alma en instagram. Cómo le explico a alguien en whatsapp lo importante que es para mí la locura y el ser… Las vagas preguntas de hoy no me permiten hablar, las redes sociales deberían servir solamente para permitir espacios de cita y opinión de temas burdos, por eso no clamo por ser una “figura estable y limpia en Facebook” o tener una “imagen institucional de mi como profesional en twitter” no necesito que la gente piense (tontamente) en definiciones y enfermedades psicológicas new age en torno a mis estados. Las conversaciones inútiles y randómicas que se dan por estos medios son una especie de delicia para mí, nada es fijo, mucho menos concreto en esta tela de araña, de vez en nunca son importantes, seductoras, útiles, versátiles. Estas reflexiones (siempre de medianoche) me proponen invitar a mis amigos a dejarse de bobadas, de coger un bus y venirme a ver, de escribir para vernos. Ahondan las distancias, las relaciones se sienten siempre calientes porque chateamos todo el tiempo, pero en realidad cuando nos vemos cara a cara, difícilmente tenemos de qué conversar. Extrañen la presencia del otro, no solo piensen que se enteran de su vida stalkeando y con ello sentirse partícipes de la vida de la alteridad. Les saludo, con abrazo como siempre en puntillas, con olor a humo de cigarro y mujer guapa, les recuerdo lo bonito de tomarse una biela oyendo la misma canción y sin enviar enlaces de youtube para compartir el vicio. Les quiero, y les recuerdo, que Quito no es Manhattan para que busquen pretextos de medio pelo para no asomar. Les comento que el ser humano pertenece a comuna, a calle, a movimiento, a SOCIEDAD. Salud, siempre les espero, allá afuera… en la vida real.

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