Hojas tras hojas de ideas vacías empapelan la habitación, todas giran y me dicen cosas que solo yo escucho, agarrado de una muñeca de “Hello Kitty”, solo escucho el canto de la nada, espero que el tiempo se digne en matarme, ya despertarme, que desaparezcas, espero rebobinarme el cerebro o cansarme de esperar, que más puedo hacer encerrado aquí.
Tiemblo de frío, lloro de hambre y solo se me ocurre escribir, un agujero en la pared de mi eterna derecha me da esperanza de estar acompañado, solo un poco de luz sale por allí, al inclinarme a ver, solo veo luz… solo luz…, cinco minutos, cinco días, cinco años, pasaron al pestañar y clavado en ese agujero sigo esperando que pase el tiempo, una sombra tapa la luz, no se quien es, ya no alumbra, ya no es luz, ya no me quiere, de nuevo esta oscuro, me hablan las hojas mientras me dan vueltas, me dicen cosas que solo yo escucho, una canción de “AMELIE” me sostiene en la realidad, parado al límite de mi razón veo como me descompongo de a poco, siempre la misma canción, el piano y el violín que crean el ambiente perfecto para jugar a ser profesor, el agujero ya no es luz, ahora es púrpura.
De nuevo la misma comida, esa colada asquerosa, con arroz sin nada, seco y un vasito de fresco solo, me cayeron las columnas de papel, no quiero entrar en las hojas de nuevo, silencio y luz, tanta luz que me abruma y solo reconozco la mirada de gente que no esta y que debajo de mí me pregunta pendejadas, después un silencio y un orgasmo eterno, me escupen las hojas a mi habitación cuando escucho un gran grito que pregunta mi nombre, una voz de mujer, se lo digo, ¿por qué estás aquí?, porque me da la gana y tú?:
-Después de intentar matarme con ritalinas, desperté aquí, un careverga me jugó sucio y me vengue con mi vida, creo que si estoy muerta, me duele mucho la cabeza y todo es purpura, excepto ese agujero rojo de la pared, ¿no te conozco?, tu voz se me hace familiar, más que familiar parece que ya la había escuchado, aunque puede ser que…
-¡Cállate, como hablas!, de gana te respondí shunsha…
-¿Qué haces?
-Escribo
-¿Qué escribes?
-El porque estoy aquí, pero siempre que trato de recordar, me voy por otro camino que me hace olvidar el final
-Entonces empieza por el final, muspa
-Si, pero cuando me decidí hacer eso, llegaste tú…
-Entonces me callo, igual si no hablo no me ves y no sabes que existo, de todas formas, ya estoy muerta no?
-Nose…
(Silencio)
-Aaaaa… ya me acorde estaba en la zona y me tope con un pana que me dio las ritalinas y me las pase con tequila, razón que estoy muerta que shunsha.
-No estás muerta, porque yo estoy vivo shunsha y te estoy oyendo del cuarto de alado
-Pero eso no importa, y si soy un fantasma????
-¿Cuántas ritalinas te mandaste?
-Nose, pero fueron bastantes.
(Silencio)
El frio de mi habitación me hace nacer en una andanada de ideas y cariño, las hojas y las plumas dibujan un ave en mi cabeza que vuela cuando miro al pasado y encuentro oscuridad, un perdón pero sin olvido, una necesidad de sentir dependencia de agarrarme con recuerdos como manos a sollozos eternos y hundirme en alcohol, las miradas que solo se…
-¡Ya me acorde! nadie me trajo yo vine acá solita, para matar al careverga
-Qué lindo… ¿y ya lo encontraste?
-Nose…
-Entonces búscalo
-Pero no puedo salir, la puerta está cerrada, además ya me empezaste a caer bien, ¿sigues escribiendo?, ¿qué escribes?, léeme algo.
-No te voy a leer nada, pero me hiciste acuerdo de un fantasma… alguien que yo maté…alguien que siempre maté en mis textos…que nunca murió y por eso estoy aquí…alguien que me quería matar…y escapé
-Sabes una cosa muspa, asómate por el agujero de la pared y yo hare lo mismo…
(Silencio)
Los dos se callaron por un largo rato cuando el agujero de la puerta con bastante comida asquerosa se abrió, llego una carta para cada uno que decía el porqué se les llevo al manicomio al otro, al saber esto la shunsha grito de nuevo su nombre pero no se entendió, el muspa se dio cuenta que no tiene ni hojas ni lápiz en sus manos, la shunsha vio la habitación de un color ladrillo, el muspa se dio cuenta que su habitación es blanca, la shunsha se quedó sin oídos, al muspa se le cayó la lengua, los dos se acercaron al agujero de la pared y la luz los cegó, los dos ciegos empezaron a buscar al otro chocando con todo, por la conmoción y ruido, entraron varios enfermeros a las dos habitaciones para arreglar todo.
Es raro lo que encontré en esas pocas hojas que me dio aquel loco que juraba ser una rata, el siempre estuvo sólo en el 11-18, aunque me decían que siempre hablaba con alguien y se escuchaban dos voces diferentes, la imagen final de los dos me llevo al corredor y me detuvo en una puerta y desde un vidrio vislumbre a esos dos seres sedados hasta más no poder, parecían cogidos de la mano, amarrados a una camilla, esperando su muerte, por fin se había encontrado, pero ellos no lo sabían.
2 comentarios:
Ve shunsho el manikomio esta poblado de mas seres humanos ke las kalles.... Una java de tekila y muchas pepas.
para mi que se escribe mushpa!! y no muspa, bueno ehhhhhhh amor que denso!!! eeeeeeeeee eeeeeeeee eeeeee no se que comentar! eeeeeeee me gustan los manicomios y los locos por algo estoy contigo y nuestro cuarto cuando estemos viviendo juntos tendra colchones en las paredes y podremos dormir parados y jugar a las luchas sin rompernos las cejas amen!!!
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