charla de uno!

¡Si no se entera no le dolerá! ¡Quédate conmigo! ¡No me dejes!!!.
¿Que soy yo sin tu cuerpo?.... ¡cómo crees que voy a vivir! además soy mejor que el... ¿pensaste en eso?.
Es que, es que es la verdad.
Quédate conmigo, en serio, quieres una estrella?.
¡Y mañana en la mañana te hago el desayuno!.
¿Le pongo ají a tu arroz?, ¿La carne esta bien así? ¿Más vino???.
Esta botella esta casi extinta será mejor ir a ver otra.

Me gusta cuando callas por que estas como ausente. ¿AUSENTE? ¿si sigues aquí no?

A ya!!! Que alivio... que susto mejor dicho...
Ya te traje mas vino... pero no has comido nada, y estas flaca, y eso no es bueno.
A ver, muestra el ojo... mínimo y tienes anemia...
Me gusta tu pelo. Huele rico. Y yo debo oler a axila. ¡Hay! espero no te molestes, ¿no te quité el apetito verdad?

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca.

Si te puedo besar??? Me muero por besarte. Oye oye, supongo que el silencio otorga... supongo que si puedo besarte... ah bueno, entonces te veo comer. Comes lindo, se te ve "elegante" (jjjjj).

Eres bella.
Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me hicieron aprender a Neruda en el colegio.
Pero recito mal. Es que no soy poeta. Mejor te canto... a mi me gusta Sabina, si tu te me fueras me costaría olvidarte 19 días y 500 noches sabes.
Se me haría eterna tu ausencia, y tan corto tu paso por mis días.
¿Me das color sabes?.
¿Te gustó la comida?

Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Mariposa!!! Que bellas son las mariposas.... ¿te pongo mas vino ya? es que este vino es finísimo, y tu te mereces esto, y ¡no la cerveza que siempre te doy! es que siempre estoy chiro... pero pero... te a...m..o…

Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Cualquier hombre diría que eres la mujer perfecta... eres callada pero cálida, tienes esa boca..
Y que así eres emocionante, excitante así, sin explorar. ¡Selva virgen pues!.
Es que no tanto por eso, de hecho tu vida sexual no me importa, me refiero a... si me entiendes no...
Me gusta verte así, mi amor... hay perdón... no quise ser atrevido y llamarte mi amor tan pronto pero es que...

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa basta. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Es la última estrofa, y la primera en la que Neruda acierta totalmente al momento. ¿No estas muerta verdad? ¿Entonces te puedo hacer el amor?
¡Hay perdón!!! Soy un estúpido y un imprudente.
Pero me encantas, eres... eres bella.

¡Bueno! Chao.

Nos vemos mañana???

Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks, en vez de fingir, o, estrellarme una copa de celos, le dio por reír. De pronto me vi, como un perro de nadie, ladrando, a las puertas del cielo.

Quería cantarte la canción. Pero me gusta verte de espaldas. Ya me estoy acostumbrando a verte de espaldas.

Te amo preciosa.

(Mientras se alejaba, o se alejaban, el cerraba la puerta y la canción sonaba, y se desvanecía.)

Esta vez yo quería quererla querer y ella no.
Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas.
Desde el taxi, y, haciendo un exceso, me tiró dos besos... uno por mejilla.
Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y, por esas ventas del fino Laina, pagando las cuentas de gente sin alma que pierde la calma con la cocaína, volviéndome loco, derrochando la bolsa y la vida la fui, poco a poco, dando por perdida.

(Silencio.)